Ya sea porque somos intolerantes a la lactosa, porque llevamos una dieta libre de productos de origen animal o porque nos apetece probar cosas nuevas, las leches vegetales se presentan como una alternativa muy saludable.
Las leches o bebidas vegetales surgen como sustituto de las leches de origen animal y como consecuencia de alergias e intolerancias, sobretodo, a la lactosa. Pero también son una fantástica alternativa para aquellas personas que han decidido eliminar los productos de origen animal de su dieta, ya sea por motivos de salud o por cuestiones éticas.
Aunque el consumo de leche o de derivados lácteos no es necesario para conseguir los niveles adecuados de calcio, su consumo se ha convertido más bien en una costumbre social. El desayuno, sobretodo, es el momento del día en el que el consumo de lácteos es más común: el café con leche, un yogur con muesli o unas tostadas con queso fresco.
Tal y como comentábamos anteriormente, el consumo de productos derivados de la industria lechera no es necesario para conseguir la dosis diaria de calcio. Sin embargo, a nivel social y cultural siempre se ha dicho que para tener unos huesos fuertes o para crecer sanos debemos beber mucha leche. Existen una gran cantidad de alternativas en el mercado para sustituir los lácteos de forma saludable. De hecho, preparar bebidas vegetales en casa es muy fácil con un extractor lento de zumo.
Hay una gran variedad de ingredientes aptos para preparar leches vegetales y no sólo eso, sino que sus propiedades pueden igual de interesantes o más que las de origen animal. Por ejemplo, la leche de sésamo es rica en calcio, la de chufa en magnesio, la de chia en Omega-3… A parte de contener otras muchas otras vitaminas y minerales. Se puede preparar leche a partir de semillas (lino, chia, sésamo…), de cereales (avena, kamut, mijo, quinoa…) de legumbres (soja) y de frutos secos (almendra, avellana, anacardo,…). Eso nos permite jugar con los sabores, crear nuevas recetas y personalizar al 100% nuestras propias bebidas vegetales.
- El remojo o la activación
Es importante dejar en remojo los frutos secos. Las semillas y frutos contentan antinutrientes o inhibidores que impiden que asimilemos correctamente los nutrientes de las bebidas vegetales. Además, el remojo ayuda a eliminar posibles toxinas que hayan quedado en la piel durante la recolecta, transporte y manipulación en general.
Para activar tus frutos secos, déjalos en remojo durante la noche. Mételos en un bol hasta que el agua los tape. Puedes incluso añadir unas gotas de limón para acelerar el proceso. Al día siguiente, tira el agua del remojo, pásalos por agua y escúrrelos bien. Tus frutos secos están listos para convertirse en leche vegetal.
- Preparar leche vegetal con un extractor lento de zumo
Preparar leche vegetal con un extractor lento de zumo es muy fácil. Además es el procedimiento más limpio y el que aprovecha más los ingredientes.
Para preparar leche vegetal simplemente debes ir añadiendo un puñado de frutos secos activados y un chorrito de agua. El extractor irá haciendo su trabajo. Verás que por un lado sale el líquido y por el otro la pulpa. Para aprovechar todavía más la pulpa, puedes repetir el proceso y pasarla de nuevo junto con un poco de agua por el extractor. Una vez finalizado el proceso, debes guardar la leche en la nevera (2-3 días máximo). Con la pulpa puedes preparar galletas, crackers, barritas, bizcochos y también quesos crudiveganos.
Fácil, ¿verdad? ¿Tomas leche vegetal? ¿Cuál es tu favorita?